El Festival de Viña es un gran evento chileno que tiene ya media centuria de vida. Con el tiempo se ha convertido en un espacio cultural de importancia, tanto dentro de Chile como en América. Cítese por ejemplo que una canción que gana en el Festival de Viña le da un plus importante a sí misma y a la obra del artista.
El Festival ha sido testigo de las transformaciones del Chile de la mitad última del siglo XX e inicios del presente milenio. Es ya una tradición acá en Chile sintonizarse en Febrero con el Festival, ya que la rutina es alterada por este evento, tanto por lo que pasa dentro como fuera de los escenarios de la Quinta Vergara, lo que algunas personas llaman el “Hollywood Criollo”.
No obstante en los últimos tiempos han aparecido ciertos vicios o se han acentuado algunos que costaba percibir. Son muchos vicios, que van desde la caída en importancia de las competencias (lo que hace pensar que ya no se trata Viña de un Festival, sino de un Carnaval), hasta el exceso de crédito que se da a la farándula chilena hasta el extremo de opacar el evento, por enunciar algunos.
Pero me detendré en este artículo en una de las aberraciones más grandes, que en todo caso aclaro, no son exclusivas del Festival de Viña del Mar, mas que acá es más repudiable. Hablo del trato que se les dan a nuestros artistas nacionales. Hablo de la poca consideración que se les tiene a los chilenos en materia de honorarios, de trato sobre el escenario en materia de horario y asignación de los galardones e incluso, fuera del escenario, por mencionar otras aberraciones. No entiendo porque desde hace tiempo, pero ahora más notorio, a los artistas chilenos los coloquen en horarios cuestionables e incluso sean “cortados” de la TV. No entiendo porque a un cantante chileno le pagan menos que a un reguetonero internacional, siendo que es el primero quien construye y tiene mayor calidad musical. O que los organizadores se hagan los sordos y no entreguen los premios tan rápido a los chilenos, siendo que con otros foráneos llegan a volar para ese fin, o incluso lo que se vio en la versión 2009, que no hayan sido capaces los organizadores de establecer las mismas condiciones de estadía para artistas chilenos. O sea, ¿dónde quedó el sentido común?
Está bien, bienvenida sea la música extranjera. Mal que mal es un Festival Internacional. Mas no hay que tolerar estas desigualdades tan chocantes si nuestros artistas son, a mi juicio, de muy buen nivel.
Encuentro que es un deber moral que un Festival Internacional de cualquier país, si bien debe interactuar con otros ingredientes, debe contribuir a difundir lo nacional. Recuerdo aún cuando había la llamada Noche Chilena, la cual era muy buena, pues permitía cumplir esta función social del evento y la excusa para eliminarla; que no era rentable económicamente al no ser vendible a otros países. A estos señores que creen medir todo con la vara de los economicismos baratos y las modas superficiales me atrevo a decirles que no es tan así, pues aunque pierdan dinero, nuestra cultura chilena no es transable en billetes, debido a que tiene una rentabilidad y una función social irrenunciable. Basta ver el pluralismo de artistas chilenos, desde el cantautor consagrado a la banda emergente; o los eventos de música chilena a lo largo de todo Chile; piénsese en las radios de música chilena, en la red de apoyo, entre otros.
Estos últimos Festivales han dejado cosas que desear. Me centraré en los tres últimos festivales; aún me acuerdo de los horarios terribles en que les tocó actuar a Lucybell, a Los Bunkers, a Giolito, a Juanafe, a Sinergia, a La Noche, entre otros; en como costó que se les entregarán galardones (me pregunto que si hubiera sido regueton habría sido lo mismo), como se trató a nuestro Bafochi este 2009, no otorgando ni siquiera una antorcha, etc. Afortunadamente nuestros artistas han logrado callarles la boca a los terroristas culturales; voy a citar las actuaciones de este 2009 de La Noche, Natalino, Fernando Ubiergo, etc., volviendo a demostrar lo que se viene haciendo ya desde hace años; que la cultura chilena está más viva, que tiene una calidad de excelencia y se merece un trato digno, no sólo en Viña, sino que en todos los eventos y medios de comunicación.
Para atacar esta aberrante situación, propongo tres medidas:
1.- Igualdad de condiciones para todos: Hay que regular este tema, de forma de que no hayan artistas de primera y segunda categoría, tanto sobre como bajo el escenario. Hay que desterrar las diferencias abismantes en materia de honorarios, de tiempo asignado en el escenario, además de las existentes en el hospedaje, invitados, etc.
2.- Apertura de artistas chilenos: Por la función social de la música chilena y para subsanar los horarios del terror, me parece apropiado que las oberturas sean de artistas chilenos.
3.- Noche Chilena: Pese a no ser rentable económicamente, se debería reponer la Noche Chilena en la parrilla del Festival, pues así los chilenos tendremos un día en este evento internacional para por un lado vernos en el espejo y por el otro ayudar a los artistas la difusión de sus trabajos. Además, se vuelve a recordar el tema de la función social de la cultura chilena, la cual es jerárquicamente superior a los criterios económicos.
Debo reconocer que pese a todo, este Festival tendrá siempre falencias. Basta pensar en el Festival de Olmué, el cual a mi juicio es más armónico que Viña. Toda obra humana es limitada. Mas con medidas justas que den Trato Digno a los Artistas Chilenos en Viña del Mar (y en todos los escenarios) se cortarán muchos vicios. Pero hay que hacer algo ya. Si seguimos así, Chile pagará caro su irresponsabilidad con su propia cultura. Recuerden esta máxima; un país sin cultura ni memoria está condenado a la transculturización y al olvido. ¿Qué esperamos entonces? ¡A trabajar por un trato digno ya!
viernes, 6 de marzo de 2009
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2 comentarios:
A ver... la cosa es asi de sencilla... el festival, primero, es de viña, y viña es de lo menos chileno que hay, lo menos cultural, y lo menos abierto a algo mas que no sea su consumismo de alto nivel y sus vacacionistas tostados a frente de sus habitaciones de lujo, viña es mierda, luego el festival es manejado por el canal de todos que al final siempre a resultado ser el canal de algunos que hasta su programa mas popular esta hecho pa la sra de media alta que se queda en casa mientras que toooodas las demas personas trabajamos o estudiamos en ese horario... y el canal catolico, que su cartuchismo llega al limite y como sabemos hasta la iglesia es parte de la elite nacional... es plata, lo que quieren es monto, nada mas.
para mi la opcion es facil, no veo esa pasarela de artistas que dejan feliz solo al que pueda costear su entrada, y elegidos por personas que imponen su gusto ahi...
nah, olmué es el festival de chile, y gracias a los esfuerzos de muchas municipalidades con menos fines economicos, ya mas ciudades fuera de viña, realizan sus festivales y dan a conocer al artista nacional, otorgando la vitrina que ese festival tan nuestro (de ellos, al final), no da... filo con viña, filo con sus gaviotas de utileria, filo con los trajes de gala de los animadores que no animan a nadie...
nuestra musica no necesita eso...
por fvor..busquen los comentarios de ricarte soto sobre la petición de que este festival sea para Chile....lamentable...pero no se puede esperar más e u hombre tan pedante como él
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